jueves, 25 de noviembre de 2010

Noviembre de 1996

Han pasado dos años desde la última vez que te vi. Desde que nos despedimos en aquella estación, jurando que seguiríamos en contacto. Tras el entusiasmo de los primeros meses, en los que nos escribíamos a diario, pronto dejé de saber de ti. Sabía que me habías olvidado, que habías encontrado a alguien para sustituirme, y que todo lo que habíamos pasado juntos pronto dejó de significar algo para ti. Y me dolía, me dolía mucho el simple hecho de pensar en ti, de saber que todas tus promesas no habían sido más que palabras vacías de significado. Tal vez por eso no me atreví a escribirte en tanto tiempo. No tenía las fuerzas suficientes como para coger siquiera un bolígrafo. No podía evitar que las lágrimas cayeran como ríos de mis ojos, empapando lo que quizá hubiera sido una carta, una carta que jamás sería enviada, ni siquiera completada.

Quizás por eso me sorprendió volver a tener noticias tuyas la semana pasada. Me sorprendió encontrar una carta tuya en mi buzón. No sé cuáles habrán sido tus motivos, y dudo que los sepa algún día. Aún no he abierto la carta. No sé qué esperarme, si será un reproche de lo que pasó en todo este tiempo, una justificación de por qué no quisiste saber nada de mí, o simplemente una nota informativa de tu rutinario día a día. No sé si será una carta apasionada, melancólica o amarga, y aunque la tentación por abrirla es cada vez mayor, sigo teniendo miedo de saber lo que contiene, y es que a veces es mejor vivir en la ignorancia antes que saber la verdad y acabar destrozado.

Te preguntarás cuáles son los motivos que me llevan a escribirte hoy, dos años después de la última vez que supe de ti. Supongo que con un simple “te echaba de menos” no es suficiente. No solo te echaba de menos, sino que tu recuerdo estaba las 24 horas del día en mi cabeza, como una canción pegadiza que no puedes olvidar. Todos los momentos que pasamos juntos, la imagen de tu rostro, tu piel, tu voz, tu risa…son como una droga que no puedo dejar, que cuanto más me aferro a ella más me permite seguir viviendo. Sé que tú no sientes lo mismo, porque de otro modo no habrías decidido desvanecerte sin más.

Porque desde hace dos años lo único que espero es reencontrarme contigo y continuar con lo que teníamos, como si esta pausa jamás hubiera sucedido. Quiero volver a sentirme como una niña en tus brazos, sentir que el universo deja de existir y estamos tú y yo solos. Sin preocupaciones, sin distracciones. Porque eres lo único que me hace falta para ser feliz. Lo único que necesito es que vuelvas. Porque no he dejado de pensar en ti ni un momento. Porque, a pesar de todo, nunca he podido pasar página, dejándote en el pasado como un simple recuerdo.

Te echo de menos.

1 comentario:

  1. Me encanta tu perfil:
    Sí, porque Alice es una romántica empedernida, para ella el amor es el motor del mundo. Y la química. Y la música. Porque la música es su mayor pasión, ya que le permite evadirse de los problemas que este mundo le crea.

    Erees taaan mona! =D A mi tambien me pasa lo mismo con la musica, soy un melómano! xD

    Sobre tu historia, es genial,me encanta como escribes, como describes los sentimientos, la psicologia ante el miedo de lo que diga la carta xDD Aunque no creo que nadie escriba una carta sin saber lo que este le ha dicho anteriormente xDD

    ResponderEliminar